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'Tierra de Gabo', un recorrido fotográfico por la obra del nobel

  • Foto del escritor: Juan F Sánchez
    Juan F Sánchez
  • 5 mar 2015
  • 2 Min. de lectura

El fotógrafo Camilo Rozo tenía dos obsesiones: no quería mariposas amarillas, pero sí buscaba fotografiar “las piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos” que inmortalizó García Márquez en uno de los comienzos más memorables de la literatura.

Le habían encargado el libro Tierra de Gabo para mostrar los lugares que podrían haber inspirado la obra del nobel Gabriel García Márquez y se había propuesto dos cosas al parecer imposibles: alejarse de la imagen de las mariposas y encontrar algo que quizá solo existió en la mente de Gabo.

“Casi nos desmayamos cuando íbamos en mototaxi a buscarlas en el río, nos metimos por una trocha hasta que encontramos las piedras cerca de Aracataca”, cuenta Rozo, quien trabajó en el libro junto con el escritor Fernando Quiroz, codirector de Deliria, la editorial que publicó el libro con soporte de Colpatria para homenajear a Gabo.

Imágenes como esa, pero también la del gallo de Aureliano Buendía y que hoy puede ser cualquiera de los que camina por las calles de un pueblo del Cesar o del Magdalena; o la de los pescadores y camaroneros de La Tasajera que Gabo menciona en Los funerales de la Mama Grande, aparecen por las 160 páginas del libro.

Sin embargo, no se trata de un recorrido estricto y conceptual de los sitios que recoge su literatura, sino la búsqueda de los detalles que alimentan esos lugares: las tiendas, los billares, los cuchillos de las historias de Gabo o hasta el muro blanco de un cementerio similar a aquel en el que fusilaron al coronel Aureliano.

“Mi preocupación era que este trabajo tuviera rigor periodístico, porque en Colombia se cree que todo lo que no entendemos es macondiano. Teníamos que volverlo realidad”, dice Rozo.

Por eso llama la atención la ausencia de personas en las fotos, excepto algunos casos en los que se pueden ver las manos de hombres de Guacoche (Cesar) jugando dominó como en Cien años de soledad, o unos pescadores de Ciénaga, que recuerdan la descripción de Gabo: “al sur estaban los pantanos, cubiertos de una eterna capa vegetal, y el vasto universo de la ciénaga grande, que según testimonio de los gitanos carecía de límites”.

“Sí, podía ser riesgoso (la ausencia de personas), pero solo hubo gente en las citas donde los mencionaba, porque quería que estas imágenes fueran atemporales”, agrega el fotógrafo y menciona ejemplos como el del hospital de La Misericordia, que es hoy el Hospital Naval.

En otros casos, como el de la calle de las prostitutas que Gabo mencionaba en sus libros y que ya existían de manera parcial, apostaron por ángulos que mantuvieran la atemporalidad.

El recorrido se hizo durante tres semanas por la costa Caribe e incluyó Cartagena, Barranquilla, Ciénaga, Aracataca, Bogotá y Guacoche en César, donde se les apareció una bandada de mariposas amarillas, que aunque Rozo intentó fotografiar, se escaparon velozmente para su tranquilidad.


IMAGEN-15340355-2.jpg

http://www.eltiempo.com/entretenimiento/arte-y-teatro/recorrido-por-la-tierra-y-los-lugares-historicos-de-gabo/15339595


 
 
 

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